NEHA Septiembre 2025 Revista de Salud Medioambiental

Las tintas para tatuajes modernas varían mucho en su composición y pueden contener ingredientes peligrosos que no estaban destinados originalmente a este fin (Negi et al., 2022) y es posible que no tengan un historial probado de seguridad en el tatuaje (Lehner et al., 2011; Vasold et al., 2004). Cada vez existe una mayor preocupación por los efectos de la tinta para tatuajes en la salud humana, incluida su posible carcinogenicidad (Bauer et al., 2022; Desmedt et al., 2022). Además, se ha informado de que las tintas de tatuaje pueden desencadenar reacciones alérgicas agudas de forma inmediata o provocar hipersensibilidad tras una exposición prolongada (Senaldi et al., 2016; Renzoni et al., 2018; Wang et al., 2021). Por ejemplo, Klügl et al. (2010) informaron de que Más del 70 % de las 3411 personas tatuadas experimentaron problemas en la piel inmediatamente o pocas semanas después de hacerse el tatuaje. Además, se ha informado de que las reacciones alérgicas a los tatuajes, especialmente con tintas rojas, persisten durante meses o años (Serup et al., 2017). Dada la creciente popularidad de los tatuajes y la posibilidad de que los productos para tatuajes contengan ingredientes peligrosos, es necesario establecer regulaciones para reducir los riesgos causados por las tintas de tatuaje inadecuadas (Wang et al., 2021). En Australia, por ejemplo, las tintas para tatuajes no se consideran materiales terapéuticos y no están reguladas por la Administración de Productos Terapéuticos. En su lugar, el Plan Nacional de Notificación y Evaluación de Productos Químicos Industriales (NICNAS) regula los productos químicos que se encuentran en las tintas para tatuajes, pero normalmente no legisla la importación de un producto químico que se utiliza en la tinta para tatuajes si figura en el Inventario Australiano de Sustancias Químicas. Se sabe poco sobre la contaminación o la adulteración de las tintas para tatuajes (Musgrave, 2014); sin embargo, hay pruebas de etiquetado incorrecto. En 2016, un informe del NICNAS sobre la composición de las tintas para tatuajes advirtió que determinadas tintas para tatuajes en Australia no cumplían la normativa, se comercializaban con ingredientes incorrectos o no eran aptas para su uso (National Industrial Chemicals Notification and Assessment Scheme, 2018). Además, según una encuesta realizada entre tatuadores del centro de Brisbane y Melbourne Central en Australia, los tatuadores desconocían los ingredientes de sus tintas o los posibles peligros asociados a ellas (Matsika et al., 2016). En Europa, las tintas para tatuajes están reguladas por la Directiva sobre seguridad general de los productos de la Unión Europea. Según esta directiva, un

debe comercializar únicamente productos seguros, y debe incluir una lista completa de los componentes en la etiqueta del producto, lo que se consigue mediante la clasificación, el etiquetado y el envasado (Minghetti et al., 2019; Negi et al., 2022). En 2011, un análisis realizado por Hauri (2011) informó del hallazgo de 34 pigmentos prohibidos en 30 muestras de tinta para tatuajes. El pigmento verde 36 (PG36, C.I. [índice de color] 74265) se declaró en tres tintas verdes, pero se demostró que las muestras incluían el pigmento verde 7 (PG7, C.I. 74260) prohibido. Además, se indicaron un pigmento amarillo y uno azul para una tinta, pero se volvió a encontrar que la tinta contenía PG7, y no los pigmentos amarillo y azul indicados. La lista de ingredientes de una tinta violeta era incorrecta: la tinta incluía el pigmento blanco (dióxido de titanio [TiO( 2) ] ) y el pigmento azul 15 (PB15, C.I. 74160), que al combinarse producen un azul claro. Y se demostró que el color violeta se creaba con el pigmento violeta 23 (PV23, C.I. 51319) prohibido. Es preocupante que sigan existiendo etiquetados incorrectos e ingredientes no declarados en las formulaciones comerciales de tintas para tatuajes. Un estudio realizado por Poon et al. (2008) en el que se examinaron 190 tintas para tatuajes indicó que el 37 % de las tintas incluían sustancias prohibidas y el 53 % contenían >1 de A) niveles excesivos de nitrosamina, B) material no declarado, o C) material declarado que no se encontró en la tinta. Más de una década después, Wang et al. (2021) informaron de que, en el 50 % de las tintas para tatuajes que analizaron, el etiquetado indicaba de forma inexacta al menos un componente pigmentario. Además, un estudio realizado por Moseman et al. (2024) mostró importantes discrepancias entre la composición de la tinta para tatuajes y las etiquetas de los ingredientes, especialmente en lo que respecta a los componentes no pigmentarios (por ejemplo, el portador o el vehículo). En cuanto a la seguridad de los tatuajes y la posibilidad de sensibilización alérgica, es probable que se hayan eliminado algunos pigmentos de las formulaciones de las tintas debido a las regulaciones de la UE que prohíben pigmentos específicos en las tintas para tatuajes (Kiszla et al., 2023; Wang et al., 2021). La identificación de pigmentos en las tintas comerciales para tatuajes supone un gran reto debido a la compleja composición de las tintas, las diversas combinaciones de pigmentos utilizadas para conseguir colores sutiles, la escasa solubilidad de los pigmentos en los disolventes tradicionales y otros aditivos presentes que mejoran la dispersión de los pigmentos (Bauer et al., 2019). Los estudios se han basado principalmente en la espectrometría de masas (MS) para el análisis de pigmentos. Tanto Hauri (2011) como Wang et al. (2021)

utilizaron MALDI-TOF MS para identificar pigmentos en tintas de tatuajes; sin embargo, este enfoque tiene limitaciones. Por ejemplo, Wang et al. (2021) demostraron que algunos pigmentos no podían detectarse con MALDI-TOF MS debido a una ionización deficiente o a su baja masa. Además, las técnicas basadas en MS suelen requerir una preparación exhaustiva de las muestras, lo que hace que el análisis sea lento y difícil para las evaluaciones de cumplimiento de las etiquetas. Dada la naturaleza química compleja y variada de los ingredientes de la tinta para tatuajes, nuestro estudio tuvo como objetivo desarrollar un enfoque novedoso para la identificación de pigmentos mediante la aplicación de una combinación de técnicas espectroscópicas. A diferencia de estudios anteriores que analizan principalmente las tintas para tatuajes después de un pretratamiento, digestión o extracción exhaustivos, nuestro enfoque se centró en examinar las tintas en su estado seco, sin tratar o con una preparación mínima de la muestra. En comparación con la MS, las técnicas espectroscópicas como el infrarrojo (IR), la resonancia magnética nuclear (NMR), la difracción de rayos X (XRD), el Raman y los rayos X de energía dispersiva (EDX) permiten un análisis rápido y mínimamente destructivo de las estructuras moleculares, la cristalinidad y la composición elemental de los pigmentos con unos requisitos mínimos de preparación de muestras (Bauer et al., 2019, 2020; Moseman et al., 2024). Aunque la mayoría de las investigaciones anteriores utilizan estas técnicas de forma aislada, nuestro estudio aprovechó la información combinada de las técnicas de análisis espectroscópico y elemental de IR, NMR, XRD, Raman, EDX y espectroscopia de emisión óptica de plasma acoplado inductivamente (ICP-OES) para evaluar rápidamente la composición pigmentaria de un conjunto de tintas amarillas que no habían sido examinadas anteriormente. Métodos Materiales e instrumentos Las tintas para tatuajes de color amarillo limón (LY), amarillo dorado (GY), amarillo dorado claro (GR) y naranja brillante (BO) de la marca INTENZE se adquirieron en Tattoo Direct, en Victoria (Australia). Pigmento amarillo 14 (PY14, C.I. 21095, pureza del 97 %); pigmento amarillo 65 (PY65, C.I. 11740, pureza del 98 %); pigmento blanco (dióxido de titanio [TiO 2 ], C.I. 77891, pureza del 99,5 %); pigmento azul 15 (PB15, C.I. 74160, grado técnico); pigmento naranja 13 (PO13, C.I. 21110, grado técnico); y sulfato de bario (BaSO( 4) , C.I. 77120, pureza del 99 %) se adquirieron en AK Scientific, en Union City, California. Metil-

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